La Plazuela Baca Ortiz, ubicada en Durango, México, es un encantador espacio público que combina historia, cultura y belleza arquitectónica. Esta plaza es un importante punto de encuentro y un sitio emblemático en la ciudad de Durango, conocida por su rica herencia cultural y arquitectura colonial.
La Plazuela Baca Ortiz se caracteriza por su ambiente relajado y acogedor, con un diseño paisajístico que incluye áreas verdes, bancos y senderos adoquinados. Los visitantes pueden disfrutar de la sombra de los árboles y la vista de hermosos jardines cuidados con esmero.
Siendo Gobernador Baca Ortiz mandó remodelar la Plazuela que hoy lleva su nombre, estableció la primera imprenta en Durango; gestionó el establecimiento de la primera Fundición de Fierro del Norte de México, después la Ferrería San Francisco, y más tarde la Ferrería Flores.
La historia del paseo de Las Alamedas nace a finales del Siglo XVIII en la época colonial y nace de la necesidad de tener un lugar de esparcimiento.
El historiador y cronista de la ciudad, Javier Guerrero dice que hay antecedentes de 1790 se hace una primera plantación de álamos para hacer un parque público junto al río que atravesaba la ciudad.
Este emblemático lugar es parte fundamental de la historia de Durango y de México, el historiador indicó que a finales de 1700, la Plazuela Baca Ortiz era conocida como la plaza del Terror, ya que allí se hacían los escarnios públicos de la Santa Inquisición, de esto se puede indagar en el tren turístico que transita por diversos puntos clave históricos de la ciudad de Durango.
La Plazuela Baca Ortiz también es conocida por ser el escenario de diversos eventos culturales y festividades a lo largo del año, lo que la convierte en un lugar animado y lleno de vida. Desde conciertos y presentaciones artísticas hasta mercados locales y celebraciones tradicionales, la plaza es un espacio donde los duranguenses y visitantes se reúnen para disfrutar de la cultura y la comunidad.
La Plazuela Baca Ortiz en Durango es un lugar encantador que combina la belleza arquitectónica, la historia y la vida cultural. Es un punto de referencia en la ciudad que atrae a personas de todas las edades y antecedentes, ofreciendo un ambiente relajado y una oportunidad para disfrutar de la rica herencia de Durango.